Bolivia





CONTEXTO LA PAZ - SIART

La complejidad del campo artístico boliviano es la que sostiene la viabilidad de la bienal como dispositivo de aceleración de las transmisiones, borrando las diferencias entre “centro y periferia”, porque esta ha sido una hipótesis montada para encubrir la fisicalidad reversiva de las diferencias. Justamente, no hay centro sin producción de la periferia de su conveniencia, y no existe periferia que no sea conciente de la fuerza extorsiva de su invención. Lo que tiene lugar es la   periferización de la centralidad  destinada a resolver una crisis de manejo institucional saturado y una centralización de  la vocación de periferización, en tnto  figura de expansión reparatoria. El negocio está hecho. En nuestro caso, la  bienal se asume como instrumento de disolución de esta fatalidad, exponiéndose como operatoria de encubrimiento y de compromiso, porque no busca favorecer carreras locales ni promover reconocimientos parciales en circuitos secundarios del arte contemporáneo. La bienal es ambiciosa porque se concibe como un laboratorio de prácticas estéticas contemporáneas. Esto quiere decir que  responde, por una parte,  a la falla museal estructural, al tiempo que resuelve la crisis de circulación mediante  la construcción de una mirada hacia el interior de la escena. 
En un sitio on line boliviano, he leído recientemente el texto de un artista que sostiene la hipótesis siguiente: a su juicio, habría tres manifestaciones que definirían las coordenadas actuales del arte boliviano. Menciona a María Galindo, a la Bienal SIART y a Kiosko. Voy a apropiarme de la hipótesis para señalar que su verosimilitud resulta de gran utilidad, porque remite a la articulación entre una obra cuyo diagrama resume gran parte de nuestra complejidad, una iniciativa  institucional flexible destinada a reducir la distancia informativa y un emprendimiento privado que se propone ingresar a un circuito de mercado regional y trans regional.  Lo que hay que  recuperar  es que se trata de la articulación de tres niveles de producción que, de manera independiente y hasta antagónica, por momentos, operan como un gran dispositivo institucional de inscripción de  deseo. Ese es el deseo de arte boliviano. No digo “deseo del arte boliviano“.  Sino de  un deseo que se juega en la complejidad de sus soportes de representación y que se manifiesta en el desarrollo combinado y desigual de sus instituciones, partiendo del manejo crítico de una pintura  ajustada por la teología política que le correspondía en tanto  pedagogía de la opresión.
La inminencia de la descolonialidad y la despatriarcalización imprime al campo artístico boliviano unos caracteres que lo verifican como el lugar en que ocurren las contradicciones de mayor densidad, en cuanto a la compresión en una misma falla simbólica, de estratos de gran arcaicidad con estratos de absoluta contemporaneidad.  La línea de combate que separa  la política de la encarnación del verbo de la diseminabilidad de los discursos de reparación imaginaria es extremadamente sutil, de modo que las estrategias de hospitalidad se transforman en tan solo un instante en políticas de manifiesta hostilidad, poniendo en riesgo la  gobernabilidad del propio campo artístico y sus expansiones.  
Para responder a estas exigencias, la bienal ha concebido diversos escenarios. El concurso es uno de ellos. Hasta ahora había sido el principal, encuadrado por los seminarios a los que eminentes invitados exponen sus ensoñaciones. Pero esta vez, el concurso está tensionado por un paquete de talleres, de laboratorios y de un programa de intervenciones laterales. Es decir, de efectos transdisciplinares.
Voy a lo primero: los talleres. Son espacios de aceleración de informaciones en el terreno de la producción editorial como plataforma de sustitución programática. Lo segundo: los laboratorios. Se trata de montar experiencias de investigación artística de fenómenos sociales excepcionales, por su capacidad para concentrar complejos problemáticos (sociales, simbólicos, clasísticos,  estéticos, textuales, etc.). Lo tercero: la transdisciplina. Esto es, simplemente, la interlocución de las prácticas críticas con la escena arquitectónica (la arquitectura chojcha), y la escena poética (en torno al efecto de la lectura de Jaime Sáenz en las artes visuales).

_ Fdo. Justo Pastor Mellado, comisario de la Bienal SIART 2011_


Proyectos que se presentaron en el lab

  1. Alejandra Delgado (artista visual), 
  2. Adriana Aromayo (artista sonora, proyecto Duo Abrelata), 
  3. Mauricio Ovado (proyecto La Casa Espejo), 
  4. Canela Palacios (artista sonora, proyecto Duo Abrelata), 
  5. Fernando Garcia (director de Martadero Cochabamba), 
  6. Carlos Andres Idrobo (Proyecto Docuandantes “La casa de las miradas”), 
  7. Alejandro Archondo (artista gráfico visual, proyecto Editorial Lengua Viperina), 
  8. Alvaro Manzano (productor audiovisual independiente), 
  9. Geraldine O’Brien (proyecto Chitigaleria: Tu tia abuela), 
  10. Sofia Orihuela (gestora cultural y artista visual), 
  11. Andrés Mallo (productor cultural y responsable de comunicación del Centro Cultural de España en La Paz), 
  12. Jose Luis Jacome y Tania Navarrete (invitados de Ecuador, Colectivo Central Dogma), 
  13. Javier Cruz y Fiacha O’Donnel (invitados de España, Colectivo Poliedros Verdes Poliedros)


Conclusiones Lablatino La Paz
  • Permitió el fortalecimiento de vínculos con actores que habían participado anteriormente en el Lablatino Quito y Madrid: Pensart, Arte Actual, Gescultura y Central Dogma.
  • Brindó el reconocimiento de actores culturales del contexto boliviano, el intercambio de experiencias y la construcción de las bases para un proyecto común de trabajo en red a mediano plazo.
  • El laboratorio incentivó el trabajo colaborativo entre Ecuador, Bolivia y España, dándose una serie de contactos e intercambios para futuras colaboraciones.
  • Durante este laboratorio se seleccionaron dos proyectos bolivianos a presentar en otras sedes latinoamericanas para el año 2012.
  • Se fortificaron lazos de intercambio de metodologías y estrategias para el sostenimiento de proyectos culturales en Iberoamérica.
  • Se aclaró dudas sobre los roles que desempeñan los distintos actores del arte en la producción de un proyecto.
  • Se discutió estrategias de sobrevivencia y trabajo en red.
  • Se brindó  capacitación técnica en el área de la curaduría, gestión, e investigación en el área del arte contemporáneo iberoamericano.
  • Se ratificó el profesionalismo de los representantes ecuatorianos y fue de gran aporte sus conocimientos. 
  • En la Fundación Simón Patiño, el Colectivo Central Dogma dejó la presencia de Ecuador en uno de los archivos latinoamericanos más completos de cultura, arte y gestión: Centro de Documentación en Artes y Literaturas Latinoamericanas “CEDOAL”. Por primera vez puntualmente se hace visible el trabajo de 30 grupos ecuatorianos en video y música, así como diversos documentales y publicaciones.http://opac.fundacionpatino.org/cgi-bin/koha/opac-search.pl?q=+Dogma&g  
  • Se realizó un volumen especial de la Fanzinoteka con todos los fanzines bolivianos recopilados, que ha evolucionado en una convocatoria desde Bolivia para la creación de Fanzines Virtuales Boliviano Ecuatorianos, que se desarrollará en mayo de 2012 en el marco de la Noche de los Museos de La Paz Bolivia y el C+C de la Fundación Simón Patiño.
  • Se generó la invitación para que los proyectos bolivianos seleccionados en Lablatino Sur tengan la oportunidad de mostrarse en el Project Room de Arte Actual FLACSO.
  • Se concretó el  asesoramiento por parte de la Bienal de Arte Público de Cochabamba para la realización del Tercer Festival de Arte Público Grafff11.
  • Se logró la identificación de actores pares en los distintos contextos con los que Arte Actual, Gescultura y Central Dogma pueden llevar a cabo procesos comunes
  • Se afianzó el trabajo conjunto y las metodologías que Pensart y Arte Actual aplicarán en las siguiente sede en la Ciudad de Guatemala en junio 2012. 
Finalmente, es indispensable la puesta en marcha de la plataforma virtual de la red lab latino (en construcción) que permita un efectivo trabajo colaborativo
entre los miembros de la red, el debate y la búsqueda de recursos a través de
mecanismos  alternativos para los proyectos generados en este espacio. 
Se recomienda el seguimiento a todas las propuestas, el apoyo técnico para su viabilidad desde la red y la continuidad del proceso a través de espacios anuales de encuentro que vayan ampliando el alcance territorial de lab latino y el fortalecimiento de vínculos entre los actores actuales.